Por supuesto, esto no significa que cualquier vino sea perfecto con cualquier queso. Entonces ¿por donde empezar? En este artículo, te mostraremos 6 maridajes de vino y queso que representan lo delicioso y complementario puede ser este dúo.

MARIDAJE VINO Y QUESO

Ambos son españoles y ambos tienen sabores salados y ahumados que combinan a la perfección. Los taninos del vino contrastan con el sabor a mantequilla del queso.

La combinación de los sabores a nuez del Edam y la fruta aterciopelada del Malbec es el tipo de maridaje que cualquiera puede disfrutar. Tanto el vino como el queso son sabrosos y aromáticos sin ser abrumadores, y el resultado es una combinación complementaria de sabores complejos.

Un queso más grande y audaz necesita un vino que pueda levantarlo, girarlo y no quedarse sin aliento en el proceso. Un Cheddar añejo tiene un sabor que combina maravillosamente con los taninos que secarán la boca en muchos Cabernet Sauvignon.

Suave y mantecoso, Raclette es un queso suave y versátil que combina muy bien con la alta acidez y los sabores a frutas de hueso que se encuentran en un Riesling.

La fruta roja y crujiente que encuentras en un rosado es deliciosa pero delicada, y el sabor suave que encuentras en un Havarti complementa el vino con gracia sin abrumarlo.

Las notas cítricas y minerales que se encuentran en un Sauvignon Blanc resaltan los maravillosos sabores a nuez y hierbas que se pueden encontrar en el queso. La acidez también es una excelente manera de reducir la pesadez del queso de cabra.